Desde los paisajes montañosos hasta los océanos profundos, nuestro planeta cuenta con una infinita variedad de vida silvestre para capturar con nuestras cámaras. Pero para mí, una de las regiones más emocionantes y desafiantes para fotografiar es sin duda el Ártico.
Vivir en la Península de Varanger durante 11 meses fue una experiencia única e inolvidable. Ubicada en el extremo noreste de Noruega, esta península es un paraíso para los amantes de la naturaleza y la vida silvestre. Desde mi hogar, tenía acceso directo a algunos de los paisajes y animales más impresionantes del mundo, lo que me permitió dedicarme por completo a mi pasión por la fotografía de la naturaleza.
Durante mi tiempo en el Varanger, tuve la oportunidad de observar y fotografiar algunos de los animales más emblemáticos de esta región, como el frailecillo atlántico en la isla de Hornoya, el pigargo europeo sobre las escarpadas pendientes de los fiordos o las impresionantes ballenas jorobadas que surcan lentamente el mar de Barents. A pesar de las temperaturas extremadamente frías y las condiciones climáticas a menudo adversas, encontré una belleza y una paz en la naturaleza del Ártico que nunca antes había experimentado.
La península de Varanger es un lugar mágico que sigue inspirando mi pasión por la fotografía de la naturaleza hasta el día de hoy.
En este artículo, compartiré algunas de mis técnicas y experiencias para fotografiar los animales del Ártico, así como algunas de mis fotos favoritas de esta región increíblemente hermosa.
Aspectos a tener en cuenta para fotografiar animales en el Ártico
Fotografiar animales en el Ártico puede ser una experiencia emocionante y desafiante. La tundra, caracterizada por la falta de árboles y una vegetación baja, hace que la fauna sea fácilmente visible a largas distancias. Sin embargo, esto también significa que acercarse a los animales en campo abierto puede ser especialmente difícil.
Para acercarse lo más posible a los animales, es importante ser paciente y moverse lentamente para no espantarlos. Además, utilizar un buen equipo de fotografía puede marcar la diferencia en la calidad de las fotos. Los objetivos de largo alcance pueden ayudar a capturar imágenes de animales a gran distancia, y los trípodes son útiles para estabilizar la cámara y evitar vibraciones no deseadas.
Otra ventaja de la tundra es que ofrece paisajes minimalistas y limpios que pueden ser perfectos para composiciones sencillas y efectivas. En particular, los paisajes de nieve y hielo pueden crear imágenes de clave alta con una sensación de espacio y luminosidad. En estos casos, la utilización de la exposición correcta es clave para evitar la sobreexposición y conseguir una imagen equilibrada.
El clima extremo del Ártico puede ser un desafío para el equipo fotográfico. Es importante elegir cámaras, objetivos y trípodes resistentes y sellados para soportar las condiciones frías y húmedas. Además, las baterías pueden perder carga rápidamente debido a las temperaturas extremas, por lo que es importante llevar baterías adicionales y mantenerlas cerca del cuerpo para mantener su carga.
En cuanto a la ropa, es esencial tener un buen equipo para mantenerse abrigado y seco. Las temperaturas en el Ártico pueden ser extremadamente bajas, y la combinación de viento y humedad pueden empeorar la sensación de frío.
Además, es importante mantener el cuerpo caliente y protegido de la exposición al frío. Una buena forma de hacerlo es usando capas de ropa, que permiten ajustar la cantidad de calor según las condiciones cambiantes. Por ejemplo, una capa base térmica, una capa intermedia de lana y una chaqueta exterior pueden ser suficientes para mantener el calor en temperaturas moderadas, mientras que agregar una capa extra en días particularmente fríos o ventosos puede ser necesario.
Mis fotografías de animales del Ártico
Durante mis viajes, he tenido la suerte de poder capturar algunas imágenes de animales en el ártico noruego que me han emocionado especialmente, y quiero compartirlas contigo.
Cada imagen es un reflejo de la belleza y la vida salvaje del Ártico, y espero que estas fotografías te permitan experimentar un poco de lo que yo he visto y sentido en persona.
Te invito a unirte a mí en este viaje visual por la tierra del hielo y la nieve, y a descubrir los detalles y las historias que hay detrás de cada una de estas imágenes.
Escribanos nivales
Olympus Em 5 Mark III + M.Zuiko 100-400 f5-6.3 (Modo Pro Capture)
1/500 segundos | F5 | ISO 1000
Una mañana de invierno estábamos desayunando en casa cuando vimos por la ventana un revuelo de pequeñas aves sobre la nieve. Nos dimos cuenta de que era un bando de escribanos nivales, lo que significaba que ya comenzaban a llegar a la zona, eran solo los primeros de muchos. Sin pensarlo dos veces, cogimos nuestras cámaras y nos pusimos en marcha.
Colocamos un hide portátil junto a la casa, aprovechando la pendiente de nieve para tener un fondo blanco, lo que dio lugar a una serie de fotografías en clave alta de escribanos tratando de hacerse con las semillas que utilizamos para atraerlos y poder retratarlos. La experiencia fue increíble, ya que pudimos observar a estos pequeños y escurridizos pájaros en su hábitat natural, y capturar algunos momentos muy especiales.
Esta toma fue realizada utilizando el modo Pro Capture de Olympus, lo que me permitió capturar una ráfaga de imágenes antes y después de presionar completamente el botón del obturador. De esta manera, pude asegurarme de no perder ningún momento importante de la acción de los escribanos, lo que me permitió seleccionar la mejor toma de la serie para mostrar la energía y vitalidad de estas pequeñas aves. El modo Pro Capture es una función muy útil para fotografiar animales en movimiento rápido e impredecible, ya que garantiza que no te pierdas ni un solo momento crucial de la acción.
Ballena jorobada
Olympus Em 5 Mark III + M.Zuiko 40-150 f2.8 Pro
1/250 segundos | F2.8 | ISO 400
Durante este tiempo en la Península del Varanger, tuve la suerte de realizar varias expediciones en lancha semirrígida para localizar y fotografiar fauna marina en el Mar de Barents. Fueron experiencias increíbles, con jornadas de avistamiento de ballenas, delfines, fulmares, alcatraces y otras especies marinas que me dejaron sin palabras. Incluso tuve la oportunidad de nadar con algunas de estas majestuosas criaturas, siempre embutido en un traje seco para soportar las aguas gélidas del ártico.
En uno de esos días, el mar estaba en calma y la luz dorada del atardecer creaba un ambiente mágico en el agua con el telón de fondo de los grandes fiordos. Fue entonces cuando una ballena jorobada emergió del agua junto a la embarcación. Tuve la suerte de capturar este momento en una fotografía que parece sacada de un sueño, con los colores y texturas suaves del agua, rotos únicamente por la enorme cola de la ballena jorobada que emergía del agua una y otra vez
Falaropo picofino
Olympus Em 5 Mark III + M.Zuiko 100-400 f5-6.3
1/125 segundos | F5 | ISO 800
Regresando de una larga jornada de trabajo en la isla de Vardo, mis compañeros y yo nos dirigíamos de regreso a casa en un viaje de varias horas por carretera. Mientras la luz dorada del sol de medianoche inundaba el paisaje ártico, el cansancio comenzaba a aparecer, pero la naturaleza siempre tiene algo más para ofrecer, incluso cuando pensamos que ya lo hemos visto todo.
Fue entonces cuando nuestros ojos captaron algo inusual. Junto a la carretera, una pequeña laguna estaba llena de actividad. Varios bultos oscuros se movían de un lado a otro, y al acercarnos nos dimos cuenta de que eran falaropos, tanto machos como hembras. ¡Un espectáculo de la naturaleza en pase privado, solo para nosotros!
Después de aparcar a un lado de la interminable carretera solitaria, nos aproximamos lentamente arrastrando el cuerpo por el suelo para no asustar a las aves. Afortunadamente, pudimos disfrutar de estas pequeñas maravillas y sus rituales de cortejo bajo una luz mágica. Mientras observaba con fascinación el comportamiento de estos pequeños seres, no pude evitar sentir que estaba presenciando algo especial y único. La emoción y la belleza de ese momento quedó grabada en mi mente y, por supuesto, en mi cámara.
Eider común
Olympus Em 5 Mark III + M.Zuiko 40-150 f2.8 Pro + MC-20
1/125 segundos | F5.6 | ISO 1000
Fue en un día de fuerte nevada y viento, mientras buscábamos a los grupos de eiders reales que se resguardaban en el puerto del pueblo de Berlevag. En ese momento, localicé a un eider común solitario acurrucado entre las grandes cadenas de los barcos pesqueros.
Descendiendo por las rocas hasta su nivel, me di cuenta de que tenía que encontrar un fondo oscuro para destacar el plumaje claro del eider y la intensa nevada que aportaba contexto a la toma y que de otra manera se perdería contra el blanco del fondo. Con la composición en mente, me concentré en ajustar la exposición y el balance de blancos para capturar la textura de la nieve con tonos naturales.
Para realizar esta toma no tuve que trabajar rápidamente, ya que el eider estaba tranquilo y no se movía demasiado. Así que pude tomarme el tiempo para ajustar cuidadosamente la configuración de la cámara y asegurarme de que el enfoque y la exposición fuesen correctos.
Lechuza campestre
Olympus Em 5 Mark III + M.Zuiko 100-400 f5-6.3
1/8 segundos | F5 | ISO 200
En esta ocasión, mis compañeros y yo investigábamos una zona en la que ya habíamos observado antes a esta ave. Tras un buen rato observando, la localizamos durmiendo sobre un poste a orillas del gran fiordo del Varanger, que se abre imponente hasta su desembocadura en el mar de Barents. La escena era mágica, con una luz rosada que nunca había visto antes. El sol de medianoche reflejaba en la nieve y le daba un toque mágico a la escena. Nos acercamos lentamente y manteniendo las distancias para no molestar al animal, hasta llegar a un lugar que nos permitía disfrutar de su presencia sin interferir en su siesta.
Pasamos un buen rato allí, observando cómo descansaba plácidamente en ese entorno espectacular.
Debido a las limitaciones en cuanto a la luz, era necesario jugar con los parámetros en cámara para lograr un resultado nítido.
En mi caso, opté por utilizar un iso bajo, confiando en el estabilizador de mi equipo para disparar a velocidades lentas y a pulso, sin emplear trípode.
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