
El gato montés en la península ibérica:
importancia y conservación de los gatos salvajes

Contenido
Los gatos salvajes son un grupo de felinos fascinantes y misteriosos que habitan en diferentes regiones del mundo, y la península ibérica es un lugar privilegiado para disfrutar de su presencia.
La fauna de nuestro país es espectacularmente rica y variada, y entre sus habitantes se encuentra uno de los gatos salvajes más impresionantes del mundo: el gato montés. Este felino solitario y esquivo es un verdadero tesoro para la biodiversidad de la región, y su presencia ha inspirado a fotógrafos, naturalistas y amantes de la naturaleza.
El gato montés es un animal cautivador que ha sido objeto de estudios y observaciones durante décadas. Su apariencia y comportamiento lo hacen único en su especie, y su presencia en la península ibérica es una muestra de la riqueza natural que posee la región. Aunque su número ha disminuido en algunas zonas debido a la caza y la pérdida de hábitat, aún es posible encontrarlo en algunas áreas protegidas y lugares remotos.
En este artículo, te invitamos a descubrir todo lo que necesitas saber sobre el gato montés en la península ibérica. Desde su apariencia y hábitos hasta su estado de conservación y los esfuerzos que se están haciendo para protegerlo y preservarlo.
Acompáñanos en este viaje por el mundo de nuestro gato salvaje, y descubre por qué su presencia en la península ibérica es tan importante para la biodiversidad de la región.
¿Qué es el gato montés?
El gato montés (Felis silvestris), también conocido como el gato silvestre o gato de montaña, es un felino de tamaño mediano que puede llegar a pesar entre 5 y 8 kilos. Su aspecto es robusto y musculoso, con patas cortas y una cola gruesa y peluda. Su pelaje es de color marrón amarillento o grisáceo, con manchas negras en la parte superior de su cuerpo. Su cabeza es redonda y cuenta con unas orejas puntiagudas y un hocico corto y ancho.
El gato montés es un animal solitario y esquivo que prefiere los bosques, montañas y zonas rocosas. Es un excelente trepador y cazador, capaz de capturar presas de hasta el doble de su tamaño. Aunque es un animal nocturno, también puede ser visto durante el día si no se siente amenazado.
En la península ibérica, el gato montés tiene una distribución geográfica amplia y se puede encontrar en muchas áreas de España y Portugal. Sin embargo, su presencia es más común en las regiones montañosas y boscosas, como los Pirineos o la Cordillera Cantábrica.
Es importante destacar que el gato montés tiene un papel fundamental en el ecosistema, ya que ayuda a controlar las poblaciones de animales pequeños y medianos, lo que a su vez favorece el crecimiento y desarrollo de la vegetación y de otras especies animales. Por tanto, su presencia en la península ibérica es crucial para mantener el equilibrio natural de la región.
¿Dónde vive el gato montés en España?
En cuanto a la distribución geográfica del gato montés en la península ibérica, es importante destacar que se puede encontrar en una amplia variedad de hábitats, desde bosques de encina y alcornoque hasta zonas montañosas y rocosas. Su presencia es más común en las regiones del norte y centro de España, especialmente en zonas montañosas y boscosas.
En cuanto a sus hábitats preferidos, el gato montés tiende a preferir zonas con una densa cobertura vegetal, como arbustos, matorrales y bosques de encina y alcornoque. También puede habitar en zonas montañosas y rocosas, donde puede encontrar refugio y alimento.

En su papel dentro del ecosistema, el gato montés tiene una importante relación con otros animales de la región. Como depredador natural, se alimenta de pequeños y medianos animales, como roedores, conejos, aves y lagartos. De esta manera, ayuda a controlar la población de estas especies y a mantener el equilibrio natural de la región.
Además, el gato montés también puede ser presa de otros depredadores, como el lobo ibérico o el águila real. Su presencia en la región, por tanto, es crucial para mantener la cadena alimentaria y el equilibrio natural del ecosistema.
Diferencias entre gato montés y gato asilvestrado
Diferencias físicas entre gato montés y gato doméstico.
Una de las características que podemos tener en cuenta para distinguir entre el gato montés y el gato doméstico es su tamaño y robustez. El gato montés tiene un tamaño notablemente mayor y es mucho más corpulento que el gato doméstico, lo que se refleja en todo su cuerpo y resulta fácilmente distinguible.
Se puede distinguir al gato montés del doméstico por la masa de su cabeza, ya que en el felino salvaje es más grande y pesada. Además, los ojos del gato montés son de un color verde amarillento o verde inconfundible, lo que es un rasgo distintivo de esta especie.
Otro rasgo característico de los gatos monteses son sus bigotes, que siempre son blancos, largos y caídos hacia abajo.
Las patas del gato montés también son un rasgo distintivo, ya que son más fuertes y robustas que las del gato doméstico. Además, su pelaje es de un color predominante negro, lo que es una característica distintiva en comparación con el pelaje del gato doméstico.
La cola del gato montés es posiblemente la parte más llamativa a simple vista y nos permite diferenciarlos claramente de los gatos domésticos. Es larga y robusta, y presenta varios anillos negros muy marcados. En su parte terminal, tiene una bola ancha y negra de pelo, lo que los distingue perfectamente de un gato doméstico.
Las huellas del gato montés:
Son similares a las del gato doméstico, aunque un poco más grandes. Si encontramos una huella de aproximadamente 4,5 centímetros, es muy probable que pertenezca a un gato montés, ya que los gatos domésticos no llegan a esas dimensiones. Sin embargo, puede haber confusión en el caso de una huella más pequeña, ya que las medidas de los gatos jóvenes pueden solaparse.
1- La huella tiene una asimetría evidente: al solapar los dos lados de la huella no coinciden.
2- Uno de los dedos interiores siempre está más adelantado que el otro y esta característica se acentúa más en las extremidades anteriores.
3- Las uñas son retráctiles y normalmente no se marcan en la huella. En algunas situaciones, como en superficies blandas o en una carrera, podrían quedar marcadas
4- Los dedos son ovalados y relativamente grandes respecto a la almohadilla.
5- La almohadilla principal tiene tres lóbulos bien diferenciados.
Característica | Gato montés (Felis silvestris silvestris) | Gato doméstico asilvestrado (Felis catus) |
---|---|---|
Origen | Especie silvestre autóctona | Descendiente de gatos domésticos |
Apariencia | Más robusto, pelaje denso y espeso, cola gruesa y anillada | Más estilizado, pelaje variable, cola delgada |
Comportamiento | Muy esquivo, evita al ser humano | Puede acercarse a zonas humanas |
Hábitat | Bosques y zonas poco alteradas | Entornos rurales, urbanos o periurbanos |
Dieta | Caza activa: roedores, aves, pequeños reptiles | Oportunista: caza y restos humanos |
Reproducción | 1 camada anual (primavera), muy territorial | Más camadas al año, menos territorial |
Conservación | Protegido, en regresión en algunas zonas | No protegido, considerado invasor en ecosistemas |
Hibridación | Riesgo de hibridación con gatos domésticos | Puede cruzarse con gato montés |
¿Qué amenazas enfrenta el gato montés en España?
Aunque el gato montés es una especie adaptada a los entornos silvestres de la península, su supervivencia no está garantizada. En las últimas décadas ha ido enfrentándose a amenazas silenciosas que, aunque menos visibles que las que sufren otros grandes carnívoros, ponen en riesgo sus poblaciones.
Entre las principales amenazas destacan:
La pérdida y fragmentación del hábitat, causada por el avance de infraestructuras, la urbanización y la intensificación agrícola. Los montes donde el gato encontraba refugio están cada vez más aislados, impidiéndole moverse libremente y acceder a nuevas zonas de caza o reproducción.
Los atropellos en carreteras secundarias, especialmente en zonas rurales donde las vías atraviesan hábitats potenciales. Al tratarse de un animal principalmente nocturno, muchos de estos incidentes pasan desapercibidos.
La hibridación con gatos domésticos asilvestrados, que puede poner en peligro la integridad genética de la especie. Es uno de los riesgos más difíciles de controlar, ya que el cruce entre ambas especies genera descendencia fértil.
La competencia y transmisión de enfermedades por parte de gatos domésticos abandonados. Estos pueden ser portadores de patologías que afectan gravemente a la fauna silvestre, además de competir por recursos similares.
La persecución indirecta, fruto del desconocimiento. A veces se le confunde con un gato común o incluso con una especie exótica, y puede sufrir disparos o envenenamientos dirigidos a otros depredadores.
Todas estas amenazas no actúan de forma aislada, sino que se superponen y agravan mutuamente. Por eso, la conservación del gato montés requiere una mirada integral, que combine el conocimiento científico con la educación ambiental y una mayor protección de los ecosistemas donde aún sobrevive.
¿Cuántos gatos monteses quedan y por qué es tan importante su conservación?
Recientemente se ha llevado a cabo una Evaluación del Libro Rojo para el gato montés europeo (Felis silvestris) en la península ibérica. Este estudio, promovido por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), ha evidenciado una situación alarmante para este pequeño felino.
En primer lugar, se ha observado una gran fragmentación de sus poblaciones en España y Portugal. Además, se han detectado lagunas en el conocimiento, especialmente en lo que se refiere a su abundancia y tendencias.
Ante esta situación, un grupo de especialistas de ambos países en este pequeño felino se reunieron a principios de 2022 con el objetivo de recopilar información actualizada y establecer una hoja de ruta para contribuir a revertir la situación.
Los diferentes grupos que trabajan con la especie pusieron en común por primera vez la información disponible para distintas regiones de España y Portugal, llegando a la conclusión de que existen dos situaciones diferentes y contrastadas de la especie en el territorio.
En el norte y noreste de la península, la especie parece estar bien distribuida y con densidades relativamente elevadas. Sin embargo, en el sur y centro de la Península, se observa una baja ocupación con una fragmentación extrema y baja densidad.
El equipo de expertos destaca la necesidad de acciones urgentes para aclarar las causas de este declive generalizado y diseñar medidas de conservación necesarias, especialmente en la subpoblación mediterránea.
Entre las acciones prioritarias se encuentran la recopilación de toda la información disponible sobre el estatus y tendencias de la especie, el acuerdo de métodos estandarizados y unificados de seguimiento para evaluaciones periódicas de las poblaciones y la valoración de la posibilidad de una evaluación regional del estatus de conservación.
Además, se propone iniciar una campaña de concienciación dirigida al público y a los responsables de las administraciones sobre la situación de la especie. Actualmente, se está realizando un censo nacional de la especie con la colaboración de voluntarios, que finalizará este verano y permitirá obtener un primer diagnóstico cuantitativo de la situación actual en el estado.
En resumen, la Evaluación del Libro Rojo para el gato montés en la península ibérica muestra una situación preocupante para la especie, que requiere acciones urgentes para su conservación. Los expertos están trabajando para recopilar información, diseñar medidas de conservación y concienciar sobre la situación de la especie.
Proyectos de conservación del gato montés en España
A pesar de su importancia ecológica, el gato montés sigue siendo un gran desconocido. No cuenta con un plan de conservación estatal específico, y su protección queda, en muchos casos, en manos de la normativa general sobre especies silvestres o de iniciativas puntuales.
Algunos proyectos y líneas de trabajo actuales son:
Estudios con cámaras trampa para conocer su distribución real y estimar poblaciones, especialmente en zonas de montaña poco accesibles.
Seguimiento genético para detectar casos de hibridación con gatos domésticos y evaluar el estado de las poblaciones puras.
Colaboraciones con ganaderos y cazadores locales, que pueden aportar observaciones valiosas o ayudar a identificar amenazas en sus territorios.
Campañas de sensibilización, a menudo lideradas por ONGs, sobre la importancia del gato montés como parte del equilibrio natural.
Pero aún falta mucho. La mayoría de las iniciativas son dispersas, con pocos recursos y escasa visibilidad. El gato montés necesita algo más que estudios: necesita presencia en las políticas de conservación, en los programas educativos y en el imaginario colectivo.
Porque lo que no se nombra, no existe. Y lo que no se protege… desaparece.
¿Qué hacer si ves un gato montés en libertad?
Encontrarse con un gato montés en su entorno natural es, hoy en día, un auténtico privilegio. La mayoría de la gente nunca ha visto uno, y muchos ni siquiera saben que todavía vive en los montes de nuestro país. Si alguna vez te cruzas con uno, recuerda: lo más importante es no interferir.
Estos son algunos consejos si tienes la suerte de observar uno:
No te acerques. Mantén la distancia. Es un animal muy esquivo que reacciona con estrés ante la presencia humana.
Evita hacer ruido o movimientos bruscos. Si lo estás observando desde el coche, quédate dentro. Si estás a pie, quédate quieto.
No intentes seguirlo. No solo podrías alterar su comportamiento, sino que podrías poner en riesgo su seguridad.
No lo alimentes ni intentes atraerlo. El gato montés no necesita nuestra ayuda para sobrevivir; hacerlo solo aumenta el riesgo de hibridación o transmisión de enfermedades.
Si estás en una zona donde no se conocía su presencia, puedes comunicar la observación a entidades como centros de recuperación de fauna, asociaciones naturalistas o proyectos científicos de seguimiento.
Ver a un gato montés es una de esas experiencias que se quedan grabadas para siempre. Un instante breve que nos recuerda que, a pesar de todo, lo salvaje aún resiste.
Fotografiando al gato montés en la Cordillera Cantábrica:
una cuestión de paciencia y respeto
Durante varios días, Naia Pascual, Victor Ortega y yo nos aventuramos en la Cordillera Cantábrica con el objetivo de fotografiar al esquivo gato montés. Victor ya conocía bien la zona y sus posibilidades, mientras que nosotros habíamos intentado fotografiar a esta especie en diferentes lugares sin mucho éxito los meses anteriores, con algún avistamiento fugaz y muy lejano.
Después de varias horas en diferentes jornadas, pudiendo disfrutar observando algunos ejemplares lejanos , finalmente logramos localizar a un felino muy tranquilo que nos permitió una aproximación respetuosa. Durante horas pudimos disfrutar de su presencia y observar cómo se desplazaba por las praderas segadas en busca de roedores, e incluso llegaba a echarse una siesta frente a nosotros. Fue realmente emocionante sentir cómo este animal salvaje aceptaba nuestra presencia siempre y cuando mantuviéramos una distancia respetuosa y sin sobrepasar los límites.

La experiencia y el conocimiento sobre las costumbres de la especie que estamos tratando de fotografiar son cruciales para lograr imágenes respetuosas y de calidad, sin dañar la vida salvaje y sin alterar el medio ambiente. La fotografía de fauna salvaje es una actividad que debe llevarse a cabo de manera responsable, teniendo en cuenta el bienestar de los animales y respetando su espacio vital.
En este caso, la experiencia de nuestro compañero en la zona nos permitió saber dónde buscar al gato montés y cómo aproximarnos a él de manera respetuosa y sin molestarlo. Además, al observar y entender el comportamiento del animal, pudimos determinar cuándo era el momento adecuado para acercarnos y cuándo era mejor mantenernos a distancia. En consecuencia, pudimos lograr una sesión fotográfica exitosa y disfrutar de la presencia del gato montés sin interrumpir su vida diaria.
¿Quieres ver más fotografías de animales de la península ibérica?