Durante años, el chacal dorado ha ido propagándose gradualmente por Europa, pero su presencia en España se consideraba inexistente hasta ahora. El trágico atropello de un individuo en Álava ha confirmado su llegada al país, desatando una serie de interrogantes sobre su adaptabilidad y su impacto en el ecosistema ibérico.
Científicos y conservacionistas se encuentran trabajando arduamente para recopilar información sobre el chacal dorado en España y evaluar su posible influencia en el equilibrio ecológico. Este primer avistamiento brinda una oportunidad única para estudiar y comprender mejor la adaptación de esta especie en el país, así como las interacciones con otras especies nativas.
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El chacal dorado: características y comportamiento
El chacal dorado (Canis aureus) es un fascinante cánido de tamaño mediano que ha despertado el interés de los científicos y amantes de la fauna en todo el mundo. Con una apariencia similar a la del lobo, pero de menor tamaño, el chacal dorado posee una serie de características distintivas que lo hacen único en su especie.
Este mamífero presenta un pelaje denso y grueso, generalmente de tonos dorados o marrones, lo que le otorga su nombre característico. Además, su cuerpo es ágil y esbelto, adaptado para la carrera y la caza. Aunque los machos suelen ser ligeramente más grandes que las hembras, en promedio, un chacal dorado adulto puede llegar a medir alrededor de 70 centímetros de altura y alcanzar un peso de hasta 15 kilogramos.
En cuanto a su comportamiento, el chacal dorado es conocido por ser un animal social y adaptable. Por lo general, vive en grupos familiares compuestos por una pareja reproductora y su progenie, pero también se ha observado que forman grupos más grandes en ocasiones. Estos grupos cooperan en la caza y en la protección del territorio, mostrando una jerarquía social bien definida.
En cuanto a su alimentación, el chacal dorado es considerado un omnívoro oportunista. Su dieta varía según la disponibilidad de recursos en su entorno, lo que le permite adaptarse a diferentes tipos de alimentos. Desde pequeños mamíferos, aves y reptiles, hasta frutas, carroña e incluso insectos, el chacal dorado aprovecha una amplia gama de fuentes de alimento para satisfacer sus necesidades nutricionales.
Además de sus características físicas y comportamiento social, el chacal dorado también se destaca por su capacidad de adaptación a diversos entornos. Aunque suele habitar en áreas abiertas, como sabanas y zonas semiáridas, también ha demostrado su habilidad para colonizar hábitats más boscosos y montañosos. Esta versatilidad le ha permitido expandirse por diferentes regiones, incluyendo su reciente presencia en España.
Llegada del chacal dorado a la península ibérica
La presencia del chacal dorado en España ha sido un acontecimiento notable que ha despertado el interés de la comunidad científica y los amantes de la naturaleza. Originarios de la Península de los Balcanes, estos cánidos carnívoros de tamaño medio se encuentran ampliamente distribuidos en el sur de Eurasia y el norte de África, pero nunca antes se habían avistado en territorio español. Sin embargo, recientemente, la Diputación de Álava ha confirmado el primer ejemplar registrado en la Península Ibérica.
El descubrimiento tuvo lugar el 8 de enero, cuando el cuerpo sin vida de un chacal fue encontrado en la carretera nacional A-1, cerca de la localidad de Salvatierra. Los especialistas de la Diputación Foral, al examinar el animal, se percataron de que no se trataba de una especie común en esa área. Inicialmente, se sospechaba que podría ser un lobo ibérico o un híbrido con perro. Sin embargo, debido a los daños en el cráneo y la cara del ejemplar, resultó difícil determinar su especie mediante rasgos físicos. Tras una primera necropsia realizada por el Centro de Recuperación de Fauna Silvestre de Martioda, se confirmó que no se trataba de un lobo, pero fue un análisis genético posterior el que reveló que se trataba de un ejemplar de «Canis aureus», conocido como chacal dorado.
Los restos encontrados en el estómago del animal, como pelos y partes de jabalí, confirmaron que no había sido criado en cautividad. La presencia del chacal dorado en España ha sorprendido a los investigadores, ya que es una especie muy extendida en los Balcanes pero desconocida en nuestro país. Aunque en la década de los 60 experimentó un declive, la especie se está recuperando y ha logrado recolonizar y expandirse por áreas limítrofes. Los expertos explican que el chacal dorado es una especie con una gran capacidad para adaptarse a entornos dominados por humanos, gracias a su carácter carroñero y su depredación de pequeños mamíferos, lo que les permite pasar desapercibidos.
A pesar del hallazgo en Álava, los investigadores no tienen grandes expectativas de encontrar una colonia establecida en la provincia. Consideran que se trata más bien de un descubrimiento fortuito de un chacal que ha llegado más lejos que sus congéneres. Por lo tanto, es probable que transcurran varios años antes de tener noticias nuevamente de esta especie en la Península Ibérica.
El avistamiento del chacal dorado en España representa un importante hito en la historia natural del país y ofrece una oportunidad única para comprender mejor la ecología y la adaptabilidad de esta especie fascinante. A medida que se continúe investigando y monitoreando su presencia, se podrá obtener más información sobre su comportamiento, su impacto en los ecosistemas locales y las posibles implicaciones para la biodiversidad ibérica.
Especies Invasoras: Un problema para la biodiversidad en España
La llegada, ya sea por negligencia o de manera natural, de especies externas en ecosistemas puede generar serias problemáticas que afectan el equilibrio natural de un hábitat. Cuando una especie no nativa es introducida en un entorno en el que no ha evolucionado de forma natural, puede desencadenar una serie de consecuencias imprevistas y perjudiciales.
Uno de los principales problemas radica en la competencia por recursos. Las especies invasoras suelen competir con las especies nativas por alimento, agua, refugio y espacio. Esto puede llevar a la disminución de las poblaciones autóctonas, incluso hasta su extinción local, alterando así la cadena trófica y la dinámica de la comunidad biológica.
Además de la competencia, las especies invasoras también pueden causar impactos negativos en el ecosistema al convertirse en depredadores o parásitos de las especies nativas. Al no haber coevolucionado con las especies del nuevo hábitat, pueden carecer de depredadores naturales y propagarse de manera descontrolada, ocasionando daños significativos a la biodiversidad local.
Un ejemplo preocupante de la llegada de especies externas en España es el caso del visón americano, que ha causado un grave declive en las poblaciones del visón europeo, una especie en peligro de extinción. La introducción de esta especie invasora ha tenido un impacto devastador en el ecosistema acuático, alterando el equilibrio de las poblaciones de peces y otros animales acuáticos.
La prevención y el control de la propagación de especies invasoras es crucial para proteger los ecosistemas y mantener la biodiversidad. Es necesario implementar medidas de gestión y conservación que incluyan la vigilancia, la detección temprana y la erradicación de estas especies. Asimismo, se requiere una mayor conciencia pública sobre los riesgos asociados con la introducción y el comercio de especies no nativas.
Fotografiando al chacal dorado en el Delta del Danubio
En el año 2020, tuve la oportunidad de vivir durante unos dos meses en el corazón de las estepas del delta del Danubio, en Rumanía. Durante este tiempo, trabajé como fotógrafo en Ultima Frontiera, una reserva privada de más de 1.000 hectareas que comprende diferentes ecosistemas, desde grandes humedales hasta bosques centenarios o las espectaculares estepas en las que habita el legendario caballo salvaje de Letea.
La exploración del delta fue una auténtica aventura. Cruzar las interminables estepas en 4×4 en busca del cernícalo patirrojo o navegar en lancha por los ríos y humedales para encontrar los grandes grupos de pelícanos me permitió adentrarme en la biodiversidad extraordinaria de esta región.
Pero sin duda, uno de los momentos más impresionantes y que no olvidaré jamás ocurría al atardecer. Cuando el sol empezaba a ponerse, los aullidos de las manadas de chacales dorados resonaban en el delta durante un buen rato. Era un concierto salvaje que parecía comenzar en un punto, y expandirse poco a poco por todo el territorio. Aquel ritual se repetía día tras día con una puntualidad asombrosa, hasta el punto de que cuando se retrasaba un par de minutos ya comenzábamos a echarlo de menos.
Para llegar a este rincón mágico, tuve que embarcarme en un viaje por tierra, “mar” y aire. Volando desde Madrid hasta Bucarest, y desde la capital rumana hasta la pequeña ciudad fluvial de Tulcea, desde donde, emprendí un viaje en barco de varias horas hasta llegar a Periprava, el punto de entrada al delta.
Navegar un río tan emblemático, a orillas entre Rumanía y Ucrania (sin siquiera imaginar lo que sucedería un par de años más tarde no muy lejos de allí) era tan solo el comienzo de un par de meses inolvidables.
Aunque las probabilidades de ver chacales dorados en cada salida por la reserva eran muy altas, para fotografiarlos la mejor opción era utilizar uno de los hides preparados para ello. Desde estos puestos, y estando preparado antes de que amaneciese, no era extraño encontrarse rodeado por una docena de chacales descansando plácidamente al sol.
Las primeras en llegar, como suele suceder en este tipo de esperas, siempre eran las cornejas (corneja cenicienta en este caso), que se acercaban tímidamente en busca de algo de comida. Más tarde harían acto de presencia los primeros chacales, que no dudan en intentar espantar a las cornejas, lo cual no es tarea fácil.
En ocasiones, algún pigargo europeo se dejaba ver, manteniéndose en su posadero y sin quitar ojo a lo que ocurría alrededor. La manada de chacales podía pasar horas en el lugar, a tan solo unos metros, hasta que decidían que era el momento de perderse entre las dunas y matorrales.